lluvia que moja

cuantos caminos del infierno 

podría haber cruzado por tenerte.

bajare del cielo 

y si te moja la lluvia 

entonces serás mío.

flor del alba cuando naces

Perdí tu nombre.

Hace ya tiempo veo borroso las letras del abecedario.

Perdí tus huellas en el camino.

Callo olimpo bajo mis pies para seguirte…

Se hizo río.

Ven si quieres

y gritaremos juntos,

diremos que nos enamoramos

cuando el mundo se hace añicos.

No me dejes...

Te pido no me dejes...

No quieras destroces...

Flor del alba

cuando naces.

laberinto

No hay salida en el laberinto del olvido... 
y es por eso que perderme en el deseo.

Pienso en frío, pienso en caliente,

sigo creyendo en el laberinto perdido.

la luz del alba se ve como cae...

melancolía

Curo  mi melancolía
besando al tiempo
quizás me de
el olvido.

rencor

Si la flor muere o se la lleva el viento

poco importa la tristeza o la risa,

ella no amo a este, mi gran sentimiento,

que tan veloz, fuertemente, me apresa.

Si yo viviera un siglo más por mi.

Si en mi naciera los vientos por ella.

Si en mi cupiera este corazón así, 

deseosa de poder habrazarla...

Que no elejí este infortunio destino

 y entera la cara desencajada

mata sin piedad a todo humano.

Que no elejí este infortunio destino

y dejando mi  boca congelada

y alejado de ella desconsolada.

lo que es de hombre

Amor mío, eso de amarte no va conmigo.

No merezco ni tan si quiera mi nombre,

por cual osas llamarme con la más sincera dulzura... 

Y tocarme cual omligo de mi, sale la más rica de las mieles.. 

Con dolor y mismo lloro de un río 

extrañarte solo consigo. 

Pues no te ofrezco lo que es de hombre. 

Cantar al otoño tampoco es lo mío. 

Eres cobre, toca a plata y se envidia al oro. 

La torre aún no es mi conquista, 

pues no te ofrezco lo que es de hombre. 

Que soy pobre o que soy cobarde, 

la ley del amor no entiende de exquisiteces, 

mía si.

quédate conmigo

donde duermas quédate conmigo.
a la luz de tu pecho
o a la sombra de un río
quédate conmigo
a la luz o a la sombra.

clavaste mirada como dulce látigo
que se entrega a mi carne
como sangre y sudor.

te diré...
lazo a lazo
latido a latido
porque así te amo yo.

te daré...
caricia a caricia
sin prisa ni fueza
porque a vos Dios me unió.


a la luz de tu pecho
o a la sombra de un río
quédate conmigo
a la luz o a la sombra.

y traeré...
y moveré...
cielo y tierra
te entregaré.

tu boca mi boca...
se tocan... se besan...
y así saben por siempre
porque así te amo yo.


a la luz de tu pecho
o a la sombra de un río
quédate conmigo
a la luz o a la sombra.
quédate conmigo...
quédate,
quédate,
por siempre conmigo.

que lluvia en tus ojos
es nieve en mis labios
se aferran por siempre
a tu dulce mirar.

quédate conmigo
por siempre conmigo
quédate conmigo
por siempre quédate.

soplo

soplar....
dejar al viento
y ver si vuela
cuantioso deseo...
el cielo.

soplar...
traspasar al llanto
el ala
sobre tus piernas...



soplar...
entallar las líneas
dando nombre
de mi querer.

soy nube
y por ti
escampe.

de pájaro vengo
como tu sangre.

que soy estrella
mirando
tus mismos ojos...

soplar...
sentir el amar
en mis delgados dedos...

soplar...
dejar estela
dulces encuentros...

soplar...
soplar...
mensaje sincero
tiempo eterno.

razón de mis anhelos

¡Se nos va todo!

dije en voz alta

entre pecho y garganta.

gota a gota

y no esclarece,

el sol se agota

en aires de mal vivir.

se van mis gestos

muy tempraneros

que no nacimos en gastos

si no en nosotros...

he de ir sin ellos,

porque he ahí 

la razón de mis anhelos...

algunos de los más añejos.

me voy 

aunque tenga sueño

y aún no amanece...

he de ir sin ellos

porque he ahí

la razón de mis anhelos...

lo pagan los inocentes.

los de la calle

de en frente,

de al lado,

del país alejado...

que nos roba

y nos come,

en su día nos alimentaba...

he de ir sin ellos

porque he ahí

la razón de mis anhelos...

Silencio

Agua sucia, agua clara,

vestido negro, faldas de flores,

su silencio corrompe el mío.

la felicidad

La felicidad... Esa que tanto añoraba,

que en pocos gramos me faltaba,

que en altas dosis me drogaba.

No hay razón más que la vida propia.

El amor de dos cuerpos desnudos,

que caminan por la misma vía.

El extraño, el enemigo,

donde quedan añejos solo olvidos...

el amigo, el vecino,

donde quedan migas habitan rosas...